Corón, Busanga: tour C

domingo, 13 de agosto de 2017

Nuestro segundo día efectivo(1) en Corón hicimos el Tour C, también conocido como Islands Tour (1.200 PHP).

Con bastante puntualidad llegó un triciclo a buscarnos al hotel y a eso de las nueve nuestra bangka zarpaba del puerto.

Corón

El guía era un tipo parco en palabras, pero pronto nos hicimos amigos de una compañera de viaje filipina que viajaba sola.

Corón

La primera parada fue en la Isla Malcapuya, donde la única anécdota reseñable fue que el pez de la última foto me mordió en el el brazo. Supongo que estaba nadando por su territorio o algo así.

Isla MalcapuyaIsla Malcapuya2017_0813_115841ABIsla Malcapuya

La segunda isla, donde nos llovió un rato mientras almorzábamos, fue Banana Island. Presuntamente en esta isla es donde se pueden ver las almejas gigantes, pero nuestro guía no nos indicó donde, así que no supe de este detalle hasta que fue demasiado tarde. Lo que si vimos fueron peces payaso, para variar.

Banana IslandBanana Island

La tercera y última parada fue en la Isla Bulog, quizás la peor playa de las tres, aunque el arrecife es también bastante espectacular.

isla Bulog

Un punto a favor de este tour es que al tener tan solo tres destinos el tiempo que se pasa en cada lugar es algo mayor del habitual, con lo que uno puede relajarse más en cada sitio (especialmente indicado para cuando se sale de una enfermedad).

Y mañana el tour D, con barcos japoneses de la II Guerra Mundial y de todo.

(1) hay que descontar un par de días que pasamos con fiebre.

Corón, Busuanga: llegada y tour A

jueves, 10 de agosto de 2017

La isla de Busuanga se encuentra en la región de Palawan, al sur de Manila. Es una isla relativamente pequeña con un aeropuerto regional, pocas carreteras asfaltadas y montañas verdes.

Día uno

Llegamos al aeropuerto de Busuanga el día 9 por la mañana, en vuelo directo desde Manila. Antes de aterrizar el avión de hélices sobrevuela una constelación de islitas paradisiacas espectaculares.

llegando a Busuanga desde Manila

En el aeropuerto hay furgonetas con aire acondicionado esperando para llevar a los pasajeros hasta Corón, la ciudad principal de la isla. El viaje se hace en 1 hora alternando asfalto con tramos de tierra. 150 pesos por persona.

Hemos llegado a Corón sobre las 10:30, hacía calor, pero no tanto como esperábamos. Hemos paseado buscando hotel y no ha sido fácil; en el centro del pueblo todo parecía estar lleno o era demasiado “agujero”. Lo cual ha sido una suerte, porque hemos acabado en el Coron Villa, un lugar estupendo y con un precio razonable. Además tiene un restaurante muy decente, el Wild Fern, donde hemos cenado casi todos los días.

Corón, como tal, no tiene nada. Es un pueblo feucho con su plaza polvorienta, su mercado, sus colegios y algunos hoteles y restaurantes o chiringuitos dispersos. No tiene ni playa.

Así que la primera tarde alquilamos una moto para ir a alguna de las playas cercanas. Grave error. La carretera, una vez se sale del pueblo, es un camino de tierra lleno de roderas y pendientes pronunciadas que pusieron a prueba las dotes de pilotaje de Juliana. Cuando llegamos a la playa de Bali nos encontramos con un panorama desolador; la playa era de barro y estaba llena de basura, el agua sucia y con fondo de cieno. Obviamente salimos de allí enseguida sin bañarnos. Queríamos ir a la siguiente playa (Cabo) que tenía mejores reseñas, pero nos habían dicho que el camino era aun más complicado. Así que dimos la vuelta y fuimos a los Hot Springs. Una piscina de aguas termales (38-40º) en un lugar muy bonito que nos ayudó a relajarnos un poco antes de afrontar las pendientes de tierra del camino de vuelta a Corón.

Hot Springs, Corón

Día dos

Hicimos uno de los Tours por los que llegan turistas hasta este rincón del mundo, concretamente el Tour A (950 pesos por persona). A las 8:30 (bueno, en realidad casi a las nueve) vinieron a buscarnos al hotel y nos llevaron en triciclo al barco que nos transportó junto con un puñado de turistas filipinos a los destinos del día.Corón

La primera parada es en el Jardín de Coral y la isla CYC (tan cerca del Jardín que Juliana y yo fuimos nadando). Hay tiempo de sobra para curiosear por el arrecife donde pudimos ver a una familia de peces payaso.peces payaso en el Jardín de Coral

Segunda parada: almuerzo en otra playa, con tiempo para bucear un poco más en un jardín de algas con algún coral intercalado y, claro, peces de colores.CYC island

Luego fuimos hasta la laguna verde, una bahía pequeña rodeada de selva vertical en la costa de la isla de Corón (no confundir con el pueblo de Corón), donde nos dimos otro buen baño.laguna verdelaguna verde

La última parada es en un embarcadero junto a un acantilado al que hay que subir por unas escaleras para bajar al lago Kayangan, donde nos dimos el último baño en agua (casi) dulce.lago Kayanganlago Kayangan

Nota: si quieres bucear hay que alquilar el equipo de gafas y tubo por 150 pesos o hacer como nosotros y traerlo desde casa.

Nueva York I: primeras impresiones

domingo, 28 de agosto de 2016
Nuestra entrada a Nueva York ha sido poco habitual. Los primos de Juliana nos han recogido en el aeropuerto Kennedy y nos han llevado a su casa. Viven en un pueblo que se llama Huntington, en Long Island. Así que apenas hemos intuido el skyline más famoso del mundo y nos hemos ido hacia el otro lado.Nueva York
El fin de semana ha sido más familiar que turístico, y aun así hemos realizado algunas actividades y paseos típicos.
El viernes desayunamos huevos Benedict en un diner y cenamos hamburguesas en el centro de Huntington.un diner en HuntingtonHuntington
El sábado, ¡por fin!, pisamos Manhattan para hacer un picnic en Central Park.Central Park
Y ya que estábamos por allí visitamos algunos de los hitos del parque, como el rincón dedicado a John Lennon…Central Park… junto al edificio Dakota (que, aviso, tiene la fachada principal en obras)…edificio Dakota
… y la escultura de Alicia en el País de las Maravillas.Alicia en el País de las Maravillas, Central Park
El domingo paseamos por el parque de Flushing Meadows, en Queens. Es famoso por el Unisphere, un globo terráqueo gigante (casi a escala 1/1) y el pabellón del estado de Nueva York, que se construyeron para la feria mundial de 1964. Estas estructuras se hicieron muy populares porque aquí se rodó el final de la película Men in Black, donde el pabellón estaba compuesto por auténticas naves alienígenas.Flushing MeadowsFlushing Meadows
Y mañana (lunes 29) ya empezamos la maratón de recorridos imprescindibles. Mientras tanto podéis ir viendo fotos en la galería enlazada a la derecha, como siempre.

Bogotá II: las calles de La Candelaria

sábado, 20 de agosto de 2016

Cuando uno llega a la plaza de Bolívar lo primero que sorprende es el tamaño. La plaza es enorme, y en un sábado soleado es un no parar de vendedores de fruta o recuerdos, turistas, fotógrafos más o menos profesionales, mendigos, ociosos, familias con niños, indigentes, retratistas, indios con trajes tradicionales, policías, palomas, tomadores de sol y carteristas. La estatua de Bolívar es algo mediocre; comparada con el grandioso Bolívar Desnudo de Pereira o el chocante Bolívar Cóndor de Manizales es pequeña y simplona. El Capitolio Nacional es un edificio que destaca por su grandeza Europea neoclásica y la Catedral Primada de Colombia es mucho más interesante por fuera que por dentro.plaza de Bolivar, Bogotá

Luego uno se interna en las calles del barrio. Calles decoradas con guirnaldas, calles con teatros pequeños, calles con bares y restaurantes pretenciosos o modestos, calles con turistas, calles jalonadas por casas coloniales de colores vivos que dan forma, vida y alma a este barrio.teatro La Candelaria, BogotáBogotá

Por último quiero destacar los grafitis callejeros que se encuentran en muchas esquinas y que, en ocasiones, son realmente artísticos y poéticos.grafiti en Bogotágrafiti en Bogotágrafiti en Bogotágrafiti en Bogotágrafiti en Bogotágrafiti en Bogotámujer que se organiza no plancha más camisa. Grafiti en Bogotá

La Catedral de Sal de Zipaquirá

viernes, 19 de agosto de 2016

A apenas 40 kilómetros de Bogotá (aviso: con el tráfico de allí viene a ser hora y media de coche) se encuentra Zipaquirá, un pueblo muy bonito que es famoso por sus minas de sal y, especialmente, por la Catedral de Sal.Zipaquirá

La Catedral de Sal es un recinto escavado a 180 metros de profundidad, dentro de una mina, y que se ha convertido en una de las grandes atracciones turísticas de Colombia.Catedral de Sal de Zipaquirá

La visita estándar, con guía, película y show de luces, cuesta 50.000 pesos (unos 16 €) para extranjeros y 28.500 (unos 9 €) para colombianos. Es algo caro, pero a mi me parece que la visita es lo bastante interesante como para justificar el gasto.Catedral de Sal de Zipaquirá

La visita guiada lo interna a uno en la mina, por un camino que desciende marcado por el Viacrucis. El guía aprovecha cada una de las estaciones para dar datos interesantes sobre el trabajo en la mina, la construcción de la catedral y la vida en la región. En apenas media hora se llega al punto más bajo del recorrido, donde está la catedral. La catedral consta de tres naves. La nave central tiene unas dimensiones bastante descomunales e impresiona desde todos los rincones.Catedral de Sal de Zipaquirá

En este nivel también se encuentran las tiendas de recuerdos, una reproducción de un pueblo paisa y las salas donde se proyecta una película 3D y el espectáculo de luces, ambos muy interesantes.Catedral de Sal de Zipaquirá

Bogotá I: museos de La Candelaria

jueves, 18 de agosto de 2016

El barrio central de Bogotá es como un pueblecito de casas coloniales de colores y calles en pendiente. Dicen que de noche es mejor no alejarse de las áreas más centrales, pero durante el día parece un barrio muy seguro.Bogotá

En esta zona se encuentran los museos más importantes de la capital. El primer día de nuestra estancia el tiempo estaba lluvioso y frío, así que aprovechamos para visitar algunos.Bogotá

El Museo del Oro (3.000 COP, alrededor de 1 €) es un hito fundamental. Es amplio, moderno y bien organizado. El precio de la entrada incluye una visita guiada de hora y media que ayuda mucha a entender detalles de las culturas precolombinas y la magnificencia de las piezas artísticas que producían. Merece mucho la pena.Museo del Oro, Bogotá

En el centro del barrio, entre la calle 11 y la carrera 5B, se encuentran varios museos integrados en una manzana. El acceso a lo que podemos llamar “el complejo” es gratuito y las colecciones comprenden:Museo Botero de Bogotá

  • Casa de la Moneda: tiene numerosos ejemplos de monedas desde tiempos de la colonia, así como mapas y prensas de monedas y billetes de todas las épocas. Al entrar la chica de información te regala una postal. En la salida, si le pides una moneda al guarda de seguridad de la entrada, este se mete la mano en el bolsillo y te regala una moneda conmemorativa del 200 aniversario de Cartagena de Indias. Interesante.
  • Museo de Arte: se centra en arte contemporáneo y pasamos por allí corriendo tratando de evitar las banalidades que hoy día se llaman arte. Lo que interesa aquí son dos custodias del siglo XVIII que se conservan en una cámara de seguridad. La de la Iglesia de San Ignacio de Bogotá (apodada “la lechuga”) es increíble; la estructura está hecha con 5 kilos de oro de 18 quilates y tiene 1.485 esmeraldas, 1 zafiro, 13 rubíes, 28 diamantes, 62 perlas barrocas y 168 amatistas. Ahí es nada. La fotografía pertenece al Banco de la República.Custodia de la Iglesia de San Ignacio de Bogotá (“la lechuga”)
  • Museo Botero: la joya de “el complejo”. La colección privada de arte de Botero´se encuentra aquí. Esculturas de Dalí, Degas o el mismo Botero jalonan salas decorados con cuadros de Matisse, Klimt, Tàpies, Monet, Pissarro, Picasso, Miró o, por supuesto, el propio Botero. Muchas de estas obras generarían nubes de turistas sacando fotos con sus móviles en el Louvre o el Prado, pero aquí uno las ve con toda la calma. Espectacular. Museo Botero de BogotáMuseo Botero de Bogotá

También paseamos un poquito por las calles del barrio. Pero poco y con frio, así que las dejo para otra entrada más soleada y ahora cierro con una panorámica de las vistas que pudimos disfrutar en el mirador de la Universidad Externado de Colombia.Bogotá