El istmo de Curlandia, bosques y arena

sábado, 11 de agosto de 2012

Klaipėda En la excursión de hoy me ha acompañado Dalia, mi anfitriona en Klaipėda. Hemos cogido el ferri (0,80 € ida y vuelta) que cruza el pequeño trecho de mar que hay hasta Neringa, en el istmo de Curlandia. Neringa es la municipalidad que acoge a toda la parte lituana del istmo. Que viene a ser la mitad Norte del mismo, la mitad Sur pertenece a Kaliningrado (Rusia). En realidad no es una población como tal, sino una extensión de tierra de 52 kilómetros de largo y entre 1 y 4 de ancho entre el Mar Báltico y la laguna de Curlandia. Tiene bosques, dunas, varios núcleos pequeños de población (mayormente turísticos) y una playa infinita en el lado del mar.

Klaipėda

Neringa Nada más llegar el ferri a Neringa hemos caminado el kilometro que separa la parte interior del istmo de la “costa real” en ese punto. Un precioso camino entre pinos. La “costa real” es una playa, una y solo una, que se extiende por todo el istmo, los 98 kilómetros. Una magnífica playa con arena blanca y fina que sería un exitazo turístico si el clima de esta parte del mundo fuera un poco mejor. En la parte Lituana la playa está organizada en secciones: mujeres, mixta, hombres, mixta nudista, mixta, mujeres, mixta, hombres… y así hasta la frontera con Rusia (esto es una suposición, no lo he recorrido todo). Muy civilizado. Hemos caminado un poco por la orilla en una zona mixta “estándar” y hemos regresado por otro camino entre más pinos hasta el muelle del ferri, desde donde salen los autobuses que recorren el istmo.

Neringa Neringa

La Gran Duna, Nida. Al fondo, Kaliningrado Hemos cogido el bus (3,20€) hasta Nida, justo en la frontera con Kaliningrado. Nida es una pequeña población con un puerto (que da a la laguna), casas pequeñas, puestos de suvenires  y restaurantes con la carta en alemán. Allí comienza una pequeña ruta que sube hasta lo alto de “La Gran Duna”. Por el camino se atraviesa, como no, un pinar. Parece que estos pinos fueron traídos desde Dinamarca en el siglo XIX para contener el avance de la arena. En lo alto de la duna hay  un reloj solar bastante complejo con indicaciones rúnicas a lo el señor de los anillos pero a lo real. Allí me he sacado unas cuantas fotos con Rusia al fondo y hemos regresado a Nida entre más bosques. Y de allí saltando de transporte en transporte hasta casa.

La Gran Duna, NidaLa Gran Duna, Nida

Nota: desde el autobús a Nida he visto un par de alces, el mayor de los cérvidos. A la vuelta el conductor también ha visto uno y ha frenado el bus para que la gente pudiera verlo.

La Gran Duna, NidaKlaipėda

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